El enigma de Klein Jair Mazo
Posted on jueves, abril 08, 2010 and filed under noticias , ultimasnoticias . You can follow any responses to this entry through theRSS 2.0 . You can leave a response or trackback to this entry from your site
Ahora sí Isaza recordó...Ya no tiene Alzheimer!
Uno de los episodios más increíbles de la feroz violencia paramilitar que sacudió al Magdalena Medio en los años ochenta llevó a que las autoridades supuestamente perpetraran un “falso positivo” para ocultar la verdadera identidad de un comandante de las autodefensas, que de ese día en adelante invirtió el nombre del mercenario israelí Yair Klein, a quien admiraba, y se convirtió en Klein Jair Mazo Isaza, la nueva identidad un hombre con terrible pasado delincuencial.
Sobre este individuo, de quien las autoridades desconocen su nombre verdadero, la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía tuvo pistas en una versión libre del ex jefe paramilitar del Magdalena Medio Ramón Isaza entregada en agosto del año pasado. Según Isaza, todo se originó en el secuestro y posterior asesinato del ganadero y miembro del Cómite Departamental de Cafeteros de Caldas, Álvaro de Jesús Palacios Cárdenas. El hecho se registró el 15 de noviembre del año 2000 cuando la víctima, de 38 años de edad, viajaba en la vía que de Mariquita, Tolima, conduce a Victoria, en el departamento de Caldas.
Ese día fue raptado en su propio campero por hombres de las autodefensas en el Magdalena Medio. Preguntado sobre ese hecho, Ramón Isaza recordó que dos de sus subalternos, conocidos con los alias de Willington y Valderrama, le manifestaron que una vez secuestrado el ganadero fue llevado hasta Puerto Triunfo, donde fue asesinado y luego lanzado al río Magdalena. El motivo que llevó al homicidio, según Isaza, fue un allanamiento que habían efectuado las autoridades, en una finca, donde encontraron material de intendencia que, según los ‘paras’, el fallecido entregaría a organizaciones contrarias a los paramilitares.
La noticia del secuestro del ganadero causó una contundente reacción de rechazo por parte de la ciudadanía y una continúa y fuerte presión hacia las autoridades para que lograran su rescate. El responsable del plagio había sido Klein Jair Mazo, de quien para la época sólo se conocía que tenía los alias de Danilo o Melchor. Según Isaza, el hecho de que las autoridades le estuvieran pisando los talones a Mazo llevó a que el fugitivo llegara a una supuesta alianza con efectivos del Gaula de Manizales para simular una operación de rescate de la víctima que se terminó convirtiendo en un “falso positivo”. Ramón Isaza manifestó que el 16 de noviembre de 2000, un día después del secuestro, se ejecutó la controvertida acción de las autoridades donde se dio muerte a dos supuestos integrantes de las autodefensas, aunque no se logró la liberación de la víctima.
De acuerdo con el Gaula, uno de los muertos en el operativo había sido el comandante Danilo o Melchor. Isaza dijo que en realidad los fallecidos fueron un paramilitar con fallas disciplinarias conocido con el alias de Montealegre y un desertor de la guerrilla que se había entregado a las Auc. La Fiscalía ha logrado documentar, con declaraciones de otros desmovilizados, que las víctimas fueron amarradas y dejadas al cuidado de poderosos y feroces perros rottweiler para evitar que intentaran escapar. El jefe paramilitar del Magdalena Medio y gestor de las autodefensas en esa región del país afirmó que ese fue el origen del cambio del nombre de alias Danilo o Melchor. Tras recordar lo sucedido, Ramón Isaza asumió la responsabilidad en el asesinato, por ser superior en línea de mando.
Una vez conocida la versión de Ramón Isaza, las autoridades se percataron de que Klein Jair Mazo se desmovilizó en el año 2006 y fue postulado para recibir los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Consultado sobre su responsabilidad en el secuestro y posterior asesinato del ganadero y caficultor, Mazo reconoció que había tenido participación en el plagio, aunque aseguró que luego entregó la víctima a otro escuadrón paramilitar desconociendo qué había ocurrido posteriormente con ella.
Ante los interrogantes que han surgido acerca de la verdadera identidad de este oscuro personaje, la Fiscalía tiene pistas de que fue reclutado en el municipio de Puerto Triunfo y se inició en las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) bajo el mando de Carlos Castaño Gil. Según los archivos de la Registraduría de la mencionada población, donde supuestamente obtuvo su cédula en enero de 1999, nació el 1° de diciembre de 1972, aunque las autoridades tienen fundadas sospechas que logró la expedición del documento de identidad con la complicidad de funcionarios inescrupulosos.
Luego de iniciar sus actividades ilegales fue trasladado por Castaño al sur del país, donde resultó decisivo en el surgimiento del bloque Tolima, en el que trabajó de la mano con Diego Martínez Goyeneche, alias Daniel, ex comandante de esa facción paramilitar, quien fue envenenado en junio del año pasado mientras se encontraba recluido en la penitenciaria La Picota. Más adelante, Klein Jair formó parte de las autodefensas del Magdalena Medio, donde tuvo participación en frentes como Héroes del Prodigio y además estuvo bajo el mando del propio Ramón Isaza.
Aunque la versión de Isaza es que el misterioso sujeto se cambió el nombre para borrar su relación con el secuestro y asesinato del ganadero, la Fiscalía intuye y trata de documentar que este peligroso ex paramilitar (que hasta el momento ha confesado cerca de 30 homicidios) pudo haber tenido otros oscuros motivos para tratar de ocultar su identidad invirtiendo el nombre del famoso mercenario israelí.
Publicado en El Espectador.
Uno de los episodios más increíbles de la feroz violencia paramilitar que sacudió al Magdalena Medio en los años ochenta llevó a que las autoridades supuestamente perpetraran un “falso positivo” para ocultar la verdadera identidad de un comandante de las autodefensas, que de ese día en adelante invirtió el nombre del mercenario israelí Yair Klein, a quien admiraba, y se convirtió en Klein Jair Mazo Isaza, la nueva identidad un hombre con terrible pasado delincuencial.
Sobre este individuo, de quien las autoridades desconocen su nombre verdadero, la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía tuvo pistas en una versión libre del ex jefe paramilitar del Magdalena Medio Ramón Isaza entregada en agosto del año pasado. Según Isaza, todo se originó en el secuestro y posterior asesinato del ganadero y miembro del Cómite Departamental de Cafeteros de Caldas, Álvaro de Jesús Palacios Cárdenas. El hecho se registró el 15 de noviembre del año 2000 cuando la víctima, de 38 años de edad, viajaba en la vía que de Mariquita, Tolima, conduce a Victoria, en el departamento de Caldas.
Ese día fue raptado en su propio campero por hombres de las autodefensas en el Magdalena Medio. Preguntado sobre ese hecho, Ramón Isaza recordó que dos de sus subalternos, conocidos con los alias de Willington y Valderrama, le manifestaron que una vez secuestrado el ganadero fue llevado hasta Puerto Triunfo, donde fue asesinado y luego lanzado al río Magdalena. El motivo que llevó al homicidio, según Isaza, fue un allanamiento que habían efectuado las autoridades, en una finca, donde encontraron material de intendencia que, según los ‘paras’, el fallecido entregaría a organizaciones contrarias a los paramilitares.
La noticia del secuestro del ganadero causó una contundente reacción de rechazo por parte de la ciudadanía y una continúa y fuerte presión hacia las autoridades para que lograran su rescate. El responsable del plagio había sido Klein Jair Mazo, de quien para la época sólo se conocía que tenía los alias de Danilo o Melchor. Según Isaza, el hecho de que las autoridades le estuvieran pisando los talones a Mazo llevó a que el fugitivo llegara a una supuesta alianza con efectivos del Gaula de Manizales para simular una operación de rescate de la víctima que se terminó convirtiendo en un “falso positivo”. Ramón Isaza manifestó que el 16 de noviembre de 2000, un día después del secuestro, se ejecutó la controvertida acción de las autoridades donde se dio muerte a dos supuestos integrantes de las autodefensas, aunque no se logró la liberación de la víctima.
De acuerdo con el Gaula, uno de los muertos en el operativo había sido el comandante Danilo o Melchor. Isaza dijo que en realidad los fallecidos fueron un paramilitar con fallas disciplinarias conocido con el alias de Montealegre y un desertor de la guerrilla que se había entregado a las Auc. La Fiscalía ha logrado documentar, con declaraciones de otros desmovilizados, que las víctimas fueron amarradas y dejadas al cuidado de poderosos y feroces perros rottweiler para evitar que intentaran escapar. El jefe paramilitar del Magdalena Medio y gestor de las autodefensas en esa región del país afirmó que ese fue el origen del cambio del nombre de alias Danilo o Melchor. Tras recordar lo sucedido, Ramón Isaza asumió la responsabilidad en el asesinato, por ser superior en línea de mando.
Una vez conocida la versión de Ramón Isaza, las autoridades se percataron de que Klein Jair Mazo se desmovilizó en el año 2006 y fue postulado para recibir los beneficios de la Ley de Justicia y Paz. Consultado sobre su responsabilidad en el secuestro y posterior asesinato del ganadero y caficultor, Mazo reconoció que había tenido participación en el plagio, aunque aseguró que luego entregó la víctima a otro escuadrón paramilitar desconociendo qué había ocurrido posteriormente con ella.
Ante los interrogantes que han surgido acerca de la verdadera identidad de este oscuro personaje, la Fiscalía tiene pistas de que fue reclutado en el municipio de Puerto Triunfo y se inició en las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá (Accu) bajo el mando de Carlos Castaño Gil. Según los archivos de la Registraduría de la mencionada población, donde supuestamente obtuvo su cédula en enero de 1999, nació el 1° de diciembre de 1972, aunque las autoridades tienen fundadas sospechas que logró la expedición del documento de identidad con la complicidad de funcionarios inescrupulosos.
Luego de iniciar sus actividades ilegales fue trasladado por Castaño al sur del país, donde resultó decisivo en el surgimiento del bloque Tolima, en el que trabajó de la mano con Diego Martínez Goyeneche, alias Daniel, ex comandante de esa facción paramilitar, quien fue envenenado en junio del año pasado mientras se encontraba recluido en la penitenciaria La Picota. Más adelante, Klein Jair formó parte de las autodefensas del Magdalena Medio, donde tuvo participación en frentes como Héroes del Prodigio y además estuvo bajo el mando del propio Ramón Isaza.
Aunque la versión de Isaza es que el misterioso sujeto se cambió el nombre para borrar su relación con el secuestro y asesinato del ganadero, la Fiscalía intuye y trata de documentar que este peligroso ex paramilitar (que hasta el momento ha confesado cerca de 30 homicidios) pudo haber tenido otros oscuros motivos para tratar de ocultar su identidad invirtiendo el nombre del famoso mercenario israelí.
Publicado en El Espectador.
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