Narco-para-militarismo: Política de Estado
Posted on viernes, marzo 26, 2010 and filed under Origenes . You can follow any responses to this entry through theRSS 2.0 . You can leave a response or trackback to this entry from your site
Por Allende La Paz, ANNCOL
Ha sido una práctica común de los diferentes gobiernos oligárquicos colombianos la utilización de “civiles” para desarrollar tareas de contrainsurgencia. Echemos una breve mirada por la historia colombiana para entender el fenómeno que se ha llamado PARA-MILITARISMO, pero que desde cuando se dio la alianza impúdica entre las fuerzas militares (representación del estado y brazo ejecutor del mismo) y el narcotráfico, representado por el Cartel de Medellín, es en realidad NARCO-PARAMILITARISMO.La utilización de mercenarios para la realización de las "tareas sucias" que las fuerzas represivas del régimen no pueden realizar sin violar su propio régimen constitucional, ha sido la constante en los EE.UU. Nada más recordemos los famosísimos "caza-recompensas" del Viejo Oeste que buscaban delincuentes, incluso en otros países violando su soberanía y los traían "vivos o muertos"; o la tristemente célebre contra-nicaragüense organizada, armada y financiada por los EE.UU. De igual manera tenemos que recordar la utilización de los ‘escuadrones de la muerte’ El Salvador, en Guatemala, Honduras, etc.
Paramilitares en ‘La Violencia’
En los años 50 ya existían los paramilitares. |
"El grupo estaba compuesto por dieciséis hombres, y en él se mezclaban policías en ejercicio de sus funciones y criminales a sueldo, (por entonces llamados pájaros-asesinos que desde 1948 actuaron bajo la protección de algunas autoridades locales en los departamentos de Caldas, Tolima, Huila, Valle del Cauca y Boyacá-). Unos y otros iban esa mañana a Ríoblanco, un pueblo del Tolima donde ya eran temidos por sus frecuentes desmanes. (...) Cuando los caminantes llegaron a la cuesta de Mal Abrigo, en cercanías de la población, fueron atacados sorpresivamente por un grupo de cinco muchachos provistos de armas de fuego (...) hijos de una pareja de ancianos labriegos, muertos pocos días antes por algunos de los que integraban la comisión asaltada, (...) que costó la vida a tres de los polizontes. (...) Una vez levantados, con el concurso de nutridos refuerzos, los cadáveres de las víctimas de Mal Abrigo, policías y pájaros se lanzaron sobre el cercano pueblo para vengar a sus caídos. Allí mataron, hirieron, golpearon, violaron saquearon e incendiaron durante varias horas, convirtiendo el lugar en escenario de todas las brutalidades. Ese día el terror llegó a Ríoblanco. Era el 12 de Agosto de 1950.
Los vecinos que lograron sobrevivir a la violenta incursión huyeron del municipio asolado, dejando atrás sus casas, fincas, muebles, aperos y reses. (...) Más tarde, algunos de ellos constituyeron un grupo armado para defenderse de los atropellos oficiales. Otros -la mayoría- debieron sumarse a la gran muchedumbre de personas desplazadas que por aquellos años llegó a ciudades como Chaparral, Líbano, Neiva y Bogotá". (Revista Defensoría del Pueblo).
Manuales contrainsurgentes gringos
Desde 1962 contemplaban el uso de civiles para tareas de ‘guerra sucia’. |
Ya desde 1962 en los manuales de contrainsurgencia del ejército de Estados Unidos se contempla la asimilación de la población civil como ‘enemigo interno’. El padre Javier Giraldo ha sido un estudioso del tema y como decíamos en la ponencia presentada en el encuentro en México:
“…Javier Giraldo M, nos dice en su investigación ‘Cronología de hechos reveladores del paramilitarismo como política de Estado: “En septiembre de 1962 el Comando del Ejército edita la traducción del Manual FM-31-15 del Ejército Americano, titulado: "Operaciones contra las Fuerzas Irregulares". Allí se afirma: "[a] Para disminuir el requerimiento de unidades militares, se ha visto que es de gran ayuda el empleo de policía civil, de unidades semi-militares y de individuos de la localidad que sean simpatizantes de la causa amiga. El empleo y control de tales fuerzas está sujeto a acuerdos nacionales y locales y a la apropiada investigación de ellas para llenar los requisitos de seguridad. Se hace una evaluación cuidadosa de sus capacidades y limitaciones para que presten completa efectividad.
[b] Cuando la política y la situación lo permiten, los individuos de la localidad de ambos sexos que han tenido experiencia o entrenamiento como soldados, policías o guerrilleros, deben ser organizados dentro de la policía auxiliar y dentro de las unidades de voluntarios de cada ciudad. Aquellos que no poseen tal experiencia pueden emplearse individualmente como trabajadores, informantes, agentes de propaganda, guardias, guías, rastreadores, intérpretes y traductores.
[c] Las fuerzas civiles usualmente necesitarán ayuda y apoyo de las fuerzas militares. La asistencia es normalmente necesaria en una capacidad de consejo para la organización, el entrenamiento y el planeamiento de las operaciones. El apoyo es normalmente necesario en el abastecimiento de armas, munición, alimentos, transporte y equipo de comunicaciones (...)
[g] Las unidades amigas de guerrilleros que han operado en la misma área de las unidades hostiles de guerrilleros, por lo general tienen voluntad para ayudar en el esfuerzo de contraguerrillas. Tales unidades pueden emplearse con efectividad en misiones de hostigamiento de las patrullas de combate. Además los miembros de las unidades amigas de guerrilleros pueden servir como rastreadoras, guías, intérpretes, traductores y agentes de espionaje y pueden manejar los puestos de observación y las estaciones de prevención. Cuando las unidades amigas de guerrilleros se emplean, pueden apoyarse logísticamente y deben subordinarse al Comandante de la Fuerza Militar quien mantiene el control y la comunicación suministrando una cuadrilla de enlace para que permanezca con ellas y controlando el apoyo suministrado. Los destacamentos operacionales de las fuerzas especiales son ideales para este propósito". (No.31, pg. 75 a 77).
...La nota introductoria del Comando del Ejército afirma que dicho Manual es "para la preparación e instrucción de los miembros de la Fuerza" y para que esta obra "sea estudiada y aplicada en lo que dice en relación a la táctica y la técnica de las armas empleadas y adaptando los principios a nuestra organización".
No está de más recordar que en 1962 aún no existían las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), a quien desde la derecha (el estado) y desde la izquierda (algunos parlamentarios) quieren ‘endilgarle’, como dice ANNCOL, la culpa de la existencia del narco-paramilitarismo en Colombia. Las FARC nacieron después del ataque a Marquetalia (Tolima) en aplicación del Plan LASO, cuando las fuerzas militares oficiales movilizaron 14.000 soldados y la aviación contra 48 campesinos.
DSN y planes militares gringos
La DSN plantea el uso de un ‘ejército mercenario’. |
Tal recetario es aplicado al pie de la letra y para mayor precisión veamos que en la Doctrina del Conflicto de Baja Intensidad planteaban diáfanamente la “Destrucción del movimiento revolucionario por medio del ejército que desarrollará campañas de contrainsurgencia en beneficio de la "seguridad interna". También se utiliza el narcotráfico como variable interna y externa. (...). Ejército mercenario y un frente político ("luchadores por la libertad", etc) destinado a desarticular al movimiento revolucionario, hacerlo inviable como alternativa política al mismo tiempo legitimar la opción contrarrevolucionaria. Los dos elementos anteriores estarán adornados de una profusa retórica en torno de los D.H. y actividades propagandísticas en este frente (...)" (Isabel Jaramillo) (Resaltados míos)
«Prohibido olvidar»
Prohibido olvidar la historia. |
…De acuerdo con su confesión, los oficiales al mando de la inteligencia militar decidieron en 1.987 asumir la coordinación de las actividades paramilitares en todo el país. Convocaron al cuartel de los servicios de inteligencia de Bogotá a los jefes de las unidades paramilitares para que tuvieran una reunión con oficiales de alta graducación del Batallón de Inteligencia y Contrainteligencia «Charry Solano» (BINCI). En la reunión se creó la Junta Nacional de Autodefensa (JNA), encabezada por los ocho comandantes paramilitares regionales. Su objetivo era unificar la lucha contra la guerrilla. Se celebraron otras reuniones de la JNA, siempre con asistencia de oficiales de los servicios de inteligencia del ejército, con periodicidad anual. Cuando le pidieron que especificara quiénes eran los contactos con los grupos paramilitares en las fuerzas armadas, Luis Meneses respondió que hasta 1.989 mantenían contacto con el Estado Mayor del Ejército; a partir de ese año, los contactos se habían llevado a cabo a través de intermediarios, como políticos y empresarios…”
Historia de crímenes y violaciones
La anterior es apenas una pasada rápida sobre la sórdida y escabrosa historia del narco-paramilitarismo en Colombia. Todos los presidentes colombianos, sin excepción, continuaron desarrollando el proyecto contrainsurgente narco-paramilitar, así algunos por la presión de las denuncias de campesinos, obreros, estudiantes, indígenas, etc, víctima de este flagelo mostraran que estaban en contra del narco-paramilitarismo. Las estadísticas de violaciones de derechos humanos de tal modelo contrainsurgente son escalofriantes y las hemos abordado en diferentes artículos.
Es de significativo valor señalar que nunca en la historia de Colombia habíamos podido evidenciar, probar, la relación directa de un presidente con el narco-paramilitarismo. Álvaro Uribe Vélez se lleva tan deshonroso mérito y bien ganado tiene el nombre que una articulista de ANNCOL le colocó:
ALVA-RACO.
Columnistas
23.04.2007
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